Las falacias de la guerra contra el narco

por Ana G.

Hoy vi una camioneta con una calcomanía que se leía: “El aborto es un crimen, así de simple, se mata a un inocente indefenso”. En un cristal de la camioneta había otra calcomanía, ésta era de un crucifijo. Inmediatamente me pregunté ¿Qué movió a esa persona tanto como para poner en un display tan público su sentir en contra del aborto? Empecé a pensar cuales son  las causas que me moverían para hacer eso. Y así, la calcomanía medio cumplió su propósito: Me hizo pensar.

La calcomanía cumplió su propósito a medias porque, sí, me hizo pensar, pero no me hizo cuestionar mi posición en el debate del aborto. Me hizo pensar en los diferentes tipos de argumentos que usamos para respaldar nuestras creencias. Me llamó la atención la parte entrecomada de la aseveración: «así de simple». ¡Qué fácil es simplificar las cosas! Anunciar que algo «es simple» y terminar con todo el debate, porque es tan simple, es tan obvio, que no tiene que ser discutido, no hay por dónde discutirle. ¿Y entonces todos aquellos que defienden el derecho de la mujer de decidir qué hacer con su propio cuerpo? ¿Todos aquellos que dicen que una persona no es persona hasta que nace? No tienen argumentos. Esa simplificación hace todo tan obvio, que el que diga lo contrario está rotundamente mal.

Esta observación me llevó a analizar otros tipos de falacias a las que estamos expuestos día a día.  No sólo somos bombardeados por argumentos vacíos, pero los emitimos nosotros también.  No voy a adentrarme en el tema del aborto, pero sí hay un tema en el que encontré 4 tipo de falacias correlacionadas: La Guerra contra el Narco de Felipe Calderón.

1. Simplificación

Una de las primeras acciones de Felipe Calderón como presidente de México fue atacar al narco con todo lo que tenía. A mi parecer, emulaba la zero-tolerance policy que George W. Bush impuso contra el terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre. Claro, intentaba emular porque no tenemos los recursos como para comenzar una guerra tan extensa, además de que nuestro problema es, en teoría, interno. Calderón llegó como los jinetes de la Apocalipsis, contra los narcos. Resultó que después de todo, el honorable ejército mexicano sí  tenía qué hacer (además de sus labores de rescate en casos de desastres naturales) y había que reforzarlo.  Declaró que el narcotráfico representaba el mayor problema del país y que la forma más simple y directa de atacarlo era declarándole la guerra. ¿Ha sido la mejor estrategia? El Gobierno Federal ha decidido no publicar las cifras de muertos. Las consecuencias de esta solución tan simple, han sido muy complejas.  Tengo que darle un aplauso al señor por mantener su posición a lo largo del sexenio. No cualquiera podría dormir en la noche sabiendo cuánta violencia se vive por las decisiones que tomó.  La falacia cae en querer darle soluciones simples y totalitarias a problemáticas complejas.

De la mano de la simplificación, viene la:

2. Generalización

Otra solución simple y bastante general a este problema es la propuesta de legalizar las drogas.  Tan simple como legalizarlas y así se acaba el problema. Acabas con la demanda ilegal y cobras impuestos altos que beneficiarían a la nación.  Si en Holanda les funcionó, aquí también. Problema resuelto.  Gerardo Ochoa Vargas publicó en 2000 un artículo que aún tiene relevancia. En este artículo para Grupo Reforma, dice que los países que han propuesto la legalización de las drogas, han regresado a la prohibición porque, a excepción de Holanda, no es una solución viable para todos los países. 12 años después considero que esto tiene validez. Sobre todo aquí en México, no contamos ni con la infraestructura para hacer tal cosa ni con la educación como para tener «áreas» en las que se permita el uso de drogas. Necesitamos trabajar primero en otros sectores y, ya que nuestra sociedad haya evolucionado, pensar en legalizar las drogas.

Otra generalización que se hace en este tema es que «En México no se consume, aquí sólo se crece, los que consumen son los gringos». Sí, somos un país que produce la droga y sí, nuestros números de consumidores no son tan altos como los de EEUU, pero han repuntado en el último año.  Hacer generalizaciones como éstas es caer no solo en la ingenuidad, pero sucumbir a la ignorancia en un intento de parchar la realidad.

3. Complejidad

El opuesto a dar soluciones simples, es hacer las cosas más complejas de lo que son, hacerlas tan complejas, que se descarta toda solución. Ejemplo: Eres consumidor de mariguana. Piensas que la guerra contra el narco es algo fuera de tu alcance y tanta muerte es causada por la violencia que inició el gobierno, porque, antes de Calderón,  sólo se morían los narcos y ahora se muere todo mundo. La solución no está en tus manos y el problema resulta demasiado complejo para que tú, un individuo cualquiera, puedas hacer algo al respecto. ¡Mentiras! Si eres un consumidor responsable (por consumidor responsable, me refiero a aquél que autocultiva y no comercia con la mariguana) no tendrás las manos manchadas de sangre. Ahí se termina con la falacia de la complejidad y las soluciones inalcanzables, al no contribuir al mercado negro. Y ahí es donde tú, como consumidor responsable, estás contribuyendo a una solución al dismuir  la demanda local.

4. Especificación

Así como el narcotráfico en nuestro país no es tan complejo como para que no se pueda resolver, tampoco es tan sencillo como para que una sola solución termine con él. Para poder aportarle presupuesto al ejército para la guerra contra el narco, Calderón recortó el presupuesto designado a la educación. Se centró en darle una sola solución al problema y obvió otra de las más grandes: educar a la población. ¿No hubiera tenido más sentido sacar el presupuesto de otros lugares, como por ejemplo, pago a funcionarios públicos, gastos irracionales como lo son la «Estela de la Luz» y todo lo que se gastó en el Bicentenario? Calderón concentró su guerra en precisamente eso, «atacar». Pero su «especificación» deja afuera factores importantes como lo son que, es una guerra dentro del propio país, es en contra de la propia población. Y ¿qué tiene de ventaja eso? Que a tu propia población la puedes educar para hacerla responsable y terminar con el narcotráfico. En vez de reducir el presupuesto de la SEP, debería de aumentársele, dársele prioridad y plantear su reforma, porque es claro que hay una desvalorización tremenda de la educación en este país. Al concentrar sus esfuerzos en contra del narco en un solo frente, descuida las otras soluciones y se vuelve ineficiente.

La narcotráfico en nuestro país es un problema serio, del cual todo mundo tiene una opinión y una solución. Pero si en algo podemos concordar es que no están funcionando las soluciones que se han estado llevando a cabo. Estamos en año electoral y este será un tema muy hablado por los 4 candidatos a la presidencia de la república. Les dejo este mapa que pueden usar para aterrizar las propuestas de nuestros candidatos, a ver si sí dicen cosas congruentes o simplemente están apelando a nuestra falta de análisis.

Sitúa los argumentos en el mapa, para que sepas cuánto te mienten.